11 ABR 07 | Actuaría sobre los centros del placer
Buscan la droga del placer femenino
Ensayan diversos compuestos
Clarín
Natalie Angier
Hasta en los países más liberales desde el punto de vista sexual mucha gente anhela apasionarse más y desear a su compañero de los últimos 23 años tanto como el primer día.
El mercado está saturado de libros sobre cómo resucitar una libido débil mientras los sexólogos coinciden en que la "falta de deseo" es una de las quejas más frecuentes que escuchan de boca de sus pacientes, mujeres en especial. Y si bien pueden existir justificativos personales o sociológicos legítimos para ese deseo disminuido —estrés y exceso de trabajo, un ambiente laboral hostil, o un cónyuge desaliñado o poco compañero—, sigue en pie la vieja búsqueda de una pastilla que lo arregle todo.
Desde el espectacular éxito del Sildenafil y medicamentos similares, la industria farmacéutica está a la búsqueda del equivalente femenino de esta pastilla —de algún tratamiento que haga lo que el sildenafil hace por la disfunción eréctil de los hombres, que solucione la queja sexual más común de las mujeres, esto es, la falta de deseo.
Las pruebas iniciales de un Sildenafil femenino fueron muy desalentadoras. Si bien la droga logró mejorar el estado del tejido vaginal, esa mayor inflamación pélvica no aumentó en nada el deseo sexual o disfrute de la mujer.
Los investigadores coinciden en que lo que se necesita para el llamado trastorno del deseo sexual hipoactivo es un medicamento relativamente seguro y efectivo que actúe sobre el sistema nervioso central, sobre los centros de placer del cerebro.
Durante algún tiempo, muchos médicos y sexólogos se mostraron optimistas con Intrinsa, de Procter & Gamble, el parche de testosterona que envía pequeños pulsos transdérmicos de la hormona sexual que jugaría un papel crucial en la libido de hombres y mujeres por igual. Sin embargo, en 2005, la Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU., la FDA, se negó a autorizarlo.
Más recientemente, se estuvo probando con éxito un nuevo compuesto llamado bremelanotida, versión sintética de una hormona que juega un papel en la pigmentación de la piel. Tras probar esta droga, el 73% de las mujeres que la tomaron dijeron haberse sentido excitadas.
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